La catadura totalitaria del régimen castro – chavista, se palpa en el obsceno acaparamiento de las entradas a los juegos de la Copa América de fútbol, donde hay una inmoral discriminación que deja a los fanáticos sin posibilidades de acudir al magno evento del balompié continental. Para la inauguración del evento retuvieron el 80% de las entradas, con el fin de llevar a sus militantes al partido inaugural, donde estará el jefe máximo de la revolución y así ostentar un apoyo popular que no tiene. De otra manera, recibiría una estruendosa pita como ha ocurrido en otras oportunidades, cuando no le han preparado el escenario para que se luzca y ha salido con las tablas en la cabeza.
Jamás en Venezuela, se había utilizado el deporte como arma política. Esto no es nuevo en la historia, pero resulta repugnante presenciar la vuelta a momentos nefastos, cuando los regímenes de Mussolini y Hitler usaron el mundial de fútbol de 1934 y las Olimpíadas de 1936, como instrumentos de propaganda de sus regímenes fascista y nazista.
Mussolini en el mundial de fútbol y Hitler en las olimpíadas, quisieron mostrar la grandeza del fascismo y de la raza aria. Chávez quiere manifestar en la Copa América, el fingido esplendor de una revolución dictatorial que destroza a Venezuela, en medio de una bonanza petrolera nunca antes vivida. Una multimillonaria suma de dinero se gastó acondicionando los estadios que servirán de pantalla a un régimen que liquida la democracia, conculcando las libertades y los derechos humanos de los venezolanos.
Atractiva publicidad le da a la Copa América, un carácter adulador del régimen, con el cual se tratará de disimular las trastadas que se cometen a diario para someter a los venezolanos a un estilo de vida que rechazamos rotundamente, porque no queremos ser esclavos de primitivas doctrinas superadas por el progreso político, económico y social del mundo.
A la inauguración en “Pueblo Nuevo” y a los partidos de la semifinal y la final, irán miles de personas engalanadas con el desagradable atuendo rojo que identifica al castro - chavismo. Los zalameros del caudillo sabanetero, acudirán a glorificar al jefe supremo; aplaudirán frenéticamente y con delirio a este perecedero ídolo, deseándole que perdure por los siglos de los siglos. Es la bufonada sempiterna de quienes no les alcanza el intelecto para vislumbrar mejores cosas y se entregan a los bellacos que hacen de ellos, dóciles marionetas.
Mussolini y Hitler encandilaron a millones de seres con mortíferos discursos, plagados de maldades. Utilizaron el deporte como mampara propagandística y al final de nada les sirvió, pues terminaron sus días de manera trágica y sus imperios criminales desaparecieron para nunca volver. En esta Copa América, desgraciadamente se emula esa perversión publicitaria, para enaltecer falsedades y crueldades.
El mesianismo del caudillo venezolano saldrá a flote en la justa deportiva del fútbol, pero sus palabras no deslumbrarán, pues están cargadas de animadversión, represalias y exclusiones. Ya su papel de encantador no convence sino a quienes disfrutan de su corrupto régimen. Su mano destructora ya no alcanza a los honestos que son la mayoría.
Texto original de William Molina.
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